¿Te has preguntado cómo serías contigo, con tu familia, con tus colegas, con tu equipo de trabajo y con tus amigos, si vivieras relajado, con plena confianza en ti, en tu futuro, y en tu vida?
¿No es para lograr eso, que nos esforzamos cada día en estudiar, trabajar, ser mejores personas, profesionales o empresarios y desarrollar habilidades para tener la capacidad de dar soluciones eficaces a cada circunstancia en las distintas áreas de nuestra vida?
¿Es posible vivir en un estado de Bienestar Integral Creciente, más allá de lo que convencionalmente se entiende por bienestar?
Antes de precisar cómo es posible vivir -incluso en las circunstancias actuales- en un proceso constante de bienestar integral y acumulativo, permíteme explicarte cómo puedes lograr los resultados personales, profesionales o empresariales que estás buscando.
El principal obstáculo: vivir en estado de sobrevivencia!
Ya sea que el estrés sea agudo o crónico, lo percibas como bueno o malo, pasivo o activo, la respuesta de nuestro cuerpo está diseñada para preservar la vida; es un mecanismo de sobrevivencia. Es una respuesta humana saludable que involucra muchos componentes.
¿Cuáles son las respuestas de nuestro cuerpo ante el estrés?
Primero, el cerebro inicia una respuesta inmediata, indica a las glándulas suprarrenales que liberen epinefrina y norepinefrina. Estos son los químicos que te hacen sentir nervioso inmediatamente después de que algo o alguien te asusta, incluso, si sólo tomas demasiado café.
Entonces, el hipotálamo y la hipófisis activan otra parte de las glándulas suprarrenales y liberan cortisol. Luego, el sistema nervioso inicia otras respuestas: aumenta el estado de alerta, altera la concentración porque estrecha el foco de atención, reduce los receptores del dolor e inhibe los deseos de reproducción.
El sistema nervioso simpático se activa para aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, y libera energía para ayudar a cualquiera de las dos alternativas que tenemos ancestralmente ante el estrés: luchar o huir del peligro; y redirige el flujo de sangre al corazón, los músculos y el cerebro, lejos del tracto gastrointestinal y los procesos digestivos.
Para satisfacer estas demandas, hay un gran aumento en la producción de energía, así como la utilización de nutrientes y los fluidos en el cuerpo.
Una vez que la situación estresante ha pasado, el cerebro indica que las respuestas deben “desactivarse” y, finalmente, la recuperación y la relajación le permiten al cuerpo restablecer el equilibrio en todos los sistemas, reemplazar los nutrientes perdidos y eliminar los productos de desecho acumulados durante el período de estrés.
Entonces, ¿por qué tantos y tan graves impactos en la salud provocados por el estrés?
¿Qué está faltando en nuestras respuestas ante el estrés?
¡La Recuperación!
En otras palabras, cuando reaccionamos a situaciones estresantes, de caos, o traumáticas, se activa nuestro sistema nervioso primitivo yla respuesta de esa parte del cerebro, nos dice que reaccionemos de inmediato para hacer cualquiera de las dos cosas ya mencionadas: luchar o huir.
Por eso movilizamos grandes cantidades de energía, nuestra historia evolutiva nos enseñó que como predadores, correr o luchar era la mejor forma de sobrevivir.
Así, si bien ya teníamos factores estresantes, ahora se han vuelto mucho más complejos: presiones financieras, complicaciones de todo tipo, retos viejos y “nuevos”; en la empresa, en el desarrollo de la profesión, la salud personal y de la familia, etc. todo eso hace que nuestro sistema nervioso primitivo se active como si siempre nos estuviera correteando un león.
Si bien todos los organismos de la naturaleza podemos gestionar un estrés a corto plazo, por ejemplo, podemos estar estresados 15 o 20 minutos, y una vez que “la fiera” se va, nuestro cuerpo vuelve a la homeostasis, al equilibrio.
El problema surge cuando los factores estresantes siguen ahí. Sabemos hoy que cuando no podemos abandonar la situación estresante vamos directo a la enfermedad o a una crisis nerviosa.
Como ante una situación estresante -ahora prolongada-, liberamos cortisol y adrenalina, esos químicos generan una respuesta emocional de ira, de frustración, de agresión, de miedo, de ansiedad, de inseguridad, de impotencia, de vergüenza, de odio, depresión, que nos conducen a un denominador muy bajo de comportamiento.
Muchas personas que reaccionan siempre igual ante estas circunstancias, siguen esperando que algo cambie en su vida, cuando en realidad estos químicos respaldan al ego, provocan que nos volvamos personas muy centradas o implicadas con nosotros mismos, y eso se refleja en el Ser, y ahí está el principal reto.
En ese estado de estrés, el mundo se transforma en un “campo de batalla”; lo que estamos haciendo es empujar para “llegar primero”, estamos compitiendo, forzando los resultados, y en realidad,estamos usando sistemas muy primitivos para intentar cuidarnos a nosotros mismos.
Como esto provoca que la mayor cantidad de sangre vaya al cerebro, porque lo que hacen esos químicos (cortisol y adrenalina), es crear un vacío entre las cosas tal como son y cómo las vemos.
Por lo tanto, gestionamos la realidad desde un estado alterado de conciencia: no vemos posibilidades, nos sentimos separados de los demás, luchando constantemente para ser los “primeros en la fila” utilizando nuestro ego manipulador para llegar allí, nos volvemos muy controladores.
El miedo y la competencia son incontrolables, como la huída o el enojo, y eso también nos separa de las personas. Es claro que no es la forma de gestionar una crisis, porque ocuparse estrictamente de uno mismo es justamente lo que provoca la crisis.
La cultura de la oficina, de la empresa -y ahora de la familia- se desintegra, es incoherente, divide a las personas.
Y, la posibilidad, deja de ser parte de la ecuación.
Así, el 95% de lo que somos, se convierte en comportamientos automáticos, hábitos inconscientes, creencias y percepciones y reacciones emocionales que son tan automáticas como las de una computadora, que nos hacen repetir en el presente, el pasado, y ver el futuro igual que el pasado!.
¿Cómo puedes construir una vida mejor si cada día tu comportamiento es la copia del día, la semana, el mes, el año anterior?
¿Te lo has preguntado?
¿Cuánto le está costando a tu carrera profesional, a tu empresa, a tu familia y a tu salud, el estrés en el que vives?
¿Cómo puedes dejar de vivir a través de las emociones de sobrevivencia que alteran tu percepción de la realidad y te llevan a tomar malas decisiones en distintas áreas de tu vida?
¿Cómo puedes eliminar el estrés y la ansiedad -en las actuales y muy retadoras circunstancias- para poder tomar la crisis como una gran oportunidad para manifestar tu creatividad y capacidad de innovación?
¿Cuál sería la mejor alternativa para gestionar tu desarrollo profesional, tu negocio y tus relaciones familiares en un mundo en crisis y cambios radicales imprevisibles, sin estrés ni ansiedad?
¿Cómo podrías empezar a influir en tu futuro sin comprometer tu salud física y emocional, ni la de tu familia?
¿Existe una manera sencilla y eficaz para transformarte y mejorar tus resultados?
En cualquier caso, primero, necesitas eliminar tu estado emocional y físico de sobrevivencia. Y… ¿cómo?
Las respuestas a todas esta preguntas nos llevan necesariamente a dar un paso hacia lo “desconocido”, para experimentar tu ser familiar en otro entorno, que provocará otra manera de pensar, de actuar, de Ser y a una transformación total de tu calidad de vida, que te llevará a lograr los resultados que quieres.
Dar un paso fuera de tu ser familiar, dejando lo viejo, estarás creando lo nuevo, y por lo tanto podrás crear un Ser nuevo. Abandonar tu estado de sobrevivencia requiere iniciar cambios simples pero estructurales, si lo haces, de repente podrás reconocer las nuevas oportunidades en tu vida, y empezarán a abrirse puertas que no habías visto antes.
!Y lo mejor… tu familia disfrutará contigo de ese bienestar integral y acumulativo!
Recuerda: “…las grandes oportunidades aparecen disfrazadas de una situación imposible”. Joe Dispenza
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Constanza… que amor eres… mismo amor… ¡te mando de corazón!
Me encanta recibir tus perlas de sabiduría.
Un profundo abrazo
Katherine
Katherine!!! qué gusto!! confió en que estemos en contacto con mas frecuencia.
Ahora que estoy más en linea, me encantará saber cómo esta tu familia y cómo va tu negocio.
Un fuerte y cariñoso abrazo